viernes, 3 de octubre de 2008

Influencias externas en nuestra alimentación

Debemos conocer nuestro organismo y hacer caso de las señales que envía. Las señales del hambre y de la saciedad, incluso otras que pueden provocarnos apetencia por algún alimento en particular, son enviadas por el Sistema Nervioso Central para atender las necesidades del conjunto de nuestras células. Muchas veces no hacemos caso de esas señales, quizás porque damos prioridad a otras necesidades psíquicas o sociales, o simplemente porque hemos perdido la facultad de captarlas.

Es necesario cultivar buenos hábitos alimentarios. Durante la infancia y la juventud se adquieren hábitos alimentarios, principalmente los que se tienen en casa, pero se dan influencias por parte de la escuela, los amigos, los medios de comunicación, etc. Muchos de los hábitos adquiridos no son los más adecuados, por lo que deberíamos detenernos a examinar nuestras costumbres y si es necesario, cambiarlas.

Deberíamos tener un conocimiento básico del valor nutritivo de los alimentos. Para estar sanos es fundamental una buena alimentación diaria, pero solo la podremos lograr, conociendo el valor nutritivo de los alimentos y, sabiéndolos combinar. Prácticamente todos los alimentos, tienen nutrientes y compuestos útiles o valiosos, pero si no se toman en la proporción y momento adecuados también pueden resultar perjudiciales.